WWF acaba de publicar un informe sobre la situación del veneno en España, y Asturias no sale bien parada en el informe, siendo la séptima Comunidad Autónoma en el ranking (negativo) en la lucha contra el veneno, con la calificación de muy insatisfactorio en esa lucha.
Para la elaboración de la lista se analizan 8 parámetros: Plan regional de lucha contra el veneno y desarrollo del mismo, disponibilidad de recursos humanos y materiales, vigilancia y prevención, especialización de agentes, normativa propia, resoluciones ejemplarizantes, sensibilización de grupos de riesgo y transparencia en el acceso a la información. De esos 8 parámetros Asturias sólo consigue aprobar dos, lo que demuestra que se da una escasa importancia a la lucha contra el veneno.
WWf critica la que no exista una especialización de agentes en la lucha contra el veneno y la falta de formación en la investigación y persecución del veneno entre los que ellos denominan agentes medioambientales, que en este caso seremos los Guardas del Medio Natural.
Destacan como positivo la reciente creación de la patrulla para la detección de venenos, en la que los Guardas tenemos poco peso y representatividad, desarrollando un papel secundario que se limita a avisar a la patrulla y en el mejor de los casos a acompañarla por el monte, pero sin un protocolo específico que nos implique directamente en la investigación y con unas carencias en cuanto a materiales para la toma de muestras, cadena de custodia, etc, alejándose de la línea marcada en otras Comunidades Autónomas en las que los Agentes forman parte de la patrulla o en el mejor de los casos estas patrullas están formadas en exclusiva por Agentes Forestales. Claro que en Asturias siempre nos quedará el SEPRONA.
Por último es interesante la recomendación de WFF que dice literalmente: Asturias debe mejorar las medidas de prevención y vigilancia, logrando la especialización de un grupo de agentes con motivación y formación, y centrando su trabajo en las comarcas con mayor afección de los venenos según los datos de los que ya dispone. También debería ampliar la operatividad y efectivos de la patrulla canina para que pueda estar disponible en toda la región, y dedicar mayoresesfuerzos al trabajo en las zonas oseras o con otras especies en peligro amenazadas por elveneno, como el alimoche o el quebrantahuesos.